El Sufrimiento
A veces tendremos experiencias que nos duelen profundamente. Estar viv@, es estar abiert@s al amor y placer de la vida a través del crear y estar abiert@s al dolor de la vida a través del sentir, que ocurre en el cuerpo, así como todas sus posibilidades derivadas de ambos procesos.
Si somos capaces de trascender el deseo de ser especial, el tomarnos las cosas personalmente y desde ahí la necesidad de juzgar, entonces, podremos vivir el dolor como la experiencia que es libre de resistencias, defensas y juicios.
Cuando creemos que no deberíamos pasar por una experiencia dolorosa, que no es justo, que no es adecuado y nos resistimos a ella, entonces sufrimos. Porque el sufrimiento es vivir el dolor desde la defensa y la resistencia.
Cuando podemos aceptar el dolor (físico o emocional) con apertura y aceptación, comenzamos a darnos cuenta de que no somos ese dolor y de que podemos sentirlo y observarlo como una experiencia más allá de lo que realmente somos. En ese momento, algo se ordena y encaja dentro de nosotr@s, permitiendo que aflore un espacio de consciencia y grandeza que nos sostiene más allá de nuestras circunstancias. Esto no significa que la experiencia dejará de doler, significa que dejaremos de sufrir por ella.
Claramente, mientras más conectad@s estemos a nuestro Ser Interior y nuestra esencia espiritual, más fácil será vivir esta experiencia, para que deje de ser una “idea bonita” y mágica para algunas personas.
Te recuerdo que tu naturaleza es esencial, energética y espiritual; eso es lo que naturalmente eres. De modo que tod@s tenemos la capacidad para conectarnos con nuestro Ser Interior y vivir cotidiana y conscientemente la experiencia de ser un ser espiritual viviendo una experiencia humana.
Foto de Midala Vigerova
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